jueves, 18 de junio de 2015

Érase una vez... el Ramadán


Hace unos meses recibimos la propuesta de Casa Árabe (institución liderada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación) de incluir dos de nuestras actividades nocturnas esporádicas en su agenda de Noches de Ramadán 2015.

Concretamente, se trataba de Córdoba bajo las estrellas, que se ha convertido en una cita anual imprescindible en nuestra ciudad, y de la también ya clásica velada de relatos en el patio. La primera se celebrará el 24 de junio en un lugar tan especial como la Torre de la Calahorra. La segunda tendrá lugar el 30 de junio. Como siempre, en el patio de San Basilio 44 (antiguo 50); en esta ocasión, con una temática andalusí. Para ambas se acabaron las plazas en pocas horas.

Para nosotros es una gran satisfacción que los coordinadores de un programa cutural como Noches del Ramadán se hayan interesado por nuestro trabajo y podamos formar parte de dicha agenda. Sólo nos queda dar las gracias... ¡y esperar que os guste!

Teo Fernández Vélez
Gerente de Érase una vez Córdoba

Para conocer nuestras actividades entra en nuestra web www.eraseunavezcordoba.com o síguenos en Facebook.


viernes, 12 de junio de 2015

Acuerdo con el Dpto. de Historia Moderna de la UCO




Esta mañana hemos alcanzado un acuerdo con el Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Córdoba con el fin de favorecer la articulación entre el mundo académico y el profesional. Este tipo de colaboraciones entre la pequeña empresa y la Universidad siempre me han parecido especialmente bonitas, sobre todo al ser (nosotros) antiguos alumnos de la Facultad en cuestión.

Por nuestro lado, facilitaremos la puesta en marcha de prácticas de alumnos vinculados a dicho área universitaria y proporcionaremos una visión profesional externa a la Universidad cuando desde esta se considere oportuno.

Por su parte, el Departamento dirigido por el catedrático Enrique Soria Mesa, anfitrión del reciente Congreso Internacional Los Judeoconversos en la Monarquía Española y autor  del libro El origen Judío de Góngora, publicado por la joven editorial cordobesa HannoverETC, nos asesorará sobre el contenido de algunas de nuestras rutas. Concretamente, las más relacionadas con los siglos XVI-XVIII: Leyendas del Gran Capitán, Brujería y Hechicería en Córdoba y la nueva La Inquisición en Córdoba.

De esta forma, seguiremos mostrando el lado más atractivo de la historia sin dejar de garantizar la máxima fiabilidad y satisfaremos la demanda de un cliente que (afortunadamente) cada vez nos exige más porque duda que temas como los mencionados puedan ser tratados con la suficiente seriedad.

Con este acuerdo también se abre la puerta a otro tipo de colaboraciones puntuales. La primera de ellas tendrá lugar el próximo 17 de junio, a las 21:00 horas, en el Palacio de Viana, dentro del ciclo Casa del Caballo Andaluz, que “Érase una vez Córdoba” organiza para Yeguada Ramírez. Se trata de la conferencia En el origen de las yeguadas cordobesas (s. XV-XIX), que será ofrecida por Ángel María Ruiz Gálvez, que, aunque es ya profesor en la Universidad de Murcia, sigue siendo miembro e investigador del citado departamento de la UCO.

¡Muchas gracias!


Teo Fernández Vélez
Gerente de Érase una vez Córdoba



lunes, 1 de junio de 2015

Mitos y misterios de la arqueología cordobesa (IV): la estela de Ategua


Hoy nos vamos mucho más atrás en el tiempo de a lo que habitualmente os tengo acostumbrados en este ciclo. En este caso nuestro viaje se remontará al siglo X – VII a.C. con la conocidísima Estela de Ategua.

Esta enigmática piedra caliza blanca grabada, que ahora se encuentra en el Museo Arqueológico de Córdoba, fue encontrada en el Cortijo de Gamarrilla, próximo al yacimiento de Ategua.

Y vosotros me diréis: “bueno, sí, ¿pero qué es una estela y qué quiere decir esta en concreto? Porque vaya cosa más rara nos has puesto hoy”. Y yo os diré que una Estela no solo es una actriz del destape a la que Fernando Esteso le chupó un pezón, sino que también es un elemento de la Edad del Bronce cuya función todavía se desconoce pero que está caracterizado por sus grabados percutidos que generalmente representan armas u otros objetos como figuras humanas, espejos, peines, navajas, pinzas, instrumentos musicales…

Tela, ¿verdad? Pues que sepáis que más allá de esto, todo son hipótesis acerca de para qué servían. Es decir, no se sabe todo lo que nos gustaría de ellas por lo difícil que es teorizar con la prehistoria. Aun así, algunos dicen que estas grandes losas de piedra estarían relacionadas con ritos funerarios, pero solo 4 de las 120 encontradas están en el perímetro de enterramientos. Otros, que si no hay muertos asociados a ellas a lo mejor es que era una manera de recordar a los que ya no estaban. Un poco siguiendo esta idea, también se ha dicho que quizá estuvieran relacionados con héroes, cenotafios (tumbas vacías también entendidas como monumentos funerarios), o incluso con la rememoración de batallas.

Otra interpretación que nos falta defiende que quizá las estelas fueran elementos limitadores del territorio. Mojones, vaya. De ser así, encajarían en la idea de que en la Edad del Bronce existía una jerarquización social fuerte en las comunidades que respondería al control de la tierra y de las materias primas. Y por tanto, aquellos que encargarían la erección de estas piedras serían las familias más importantes de la comunidad, la que se las pudieran permitir. Es decir, existirían comunidades diferenciadas entre sí  y jerarquizadas en su interior en las que las élites utilizarían las estelas como elementos de demarcación del territorio. “Te planto esta piedra aquí para que sepas que to’ este campo y las vaquitas que hay en él son míos” dirían ellos.

Y la última interpretación, más parecida a esta anterior que a las primas, sería que las estelas sirvieran para marcar rutas ganaderas, o zonas de metales, pero no existe una intervisibilidad entre ellas, es decir, a gran escala no parecen formar caminos ni demarcar espacios claros, por lo que lo único que podemos afirmar es que son claros marcadores simbólicos de algo.

Y después de todo esto tenemos la Estela de Ategua, con la que podemos casi “jugar” a ver qué hipótesis encaja.

De 1’63m de altura (que poco ha crecido para los  casi 30 siglos que tiene), es una de las más complejas e historiadas que existen en la Península Ibérica. Y también una de las más recientes. Dividida en tres partes en la zona superior nos encontramos con un guerrero con coraza rodeado de todo el repertorio de instrumentos posibles: un espejo, una lanza, una espada y un peine. Justo debajo la escena es otra. En este caso parece que encontramos una ceremonia funeraria, pues aparecen aquí un personaje tendido, presumiblemente muerto, y figuras cuadrúpedas que se han interpretado como objeto de sacrificio. Y en el tercer espacio vemos un carro conducido por una figura y tirado por animales que parece está acompañado por un cortejo funerario.

Ahora solo queda teorizar sobre lo que representa, que parece bastante claro, y para qué serviría, que eso ya no tanto. Y vosotros ¿qué creéis?


Isa Barrado
Colaboradora Honoraria
del Departamento de Historia Moderna 
de la Facultad de Filosofía y Letras
(Imagen: www.cordobapedia.es)

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