lunes, 25 de febrero de 2013

Los mitos y el cine (I): Excalibur




Muy por encima de films más educlorados o supuestamente históricos, el gran clásico del mito artúrico es Excalibur (John Boorman, 1981). Esta obra adapta el texto más influyente del ciclo (La Muerte de Arturo de Sir Thomas Mallory, del s. XV), siendo, por ello, la más cercana al mismo completo y la que mejor plasma el poder mágico de objetos como la espada y el grial.

Y es que (sin perdernos en quién pudo ser el Arturo real) el fallecimiento del Rey no sólo el episodio más nostálgico, sino el trance culmen del relato. Con él se cierra la historia ejemplificante, la espada retorna a las aguas y la tierra queda en espera de la llegada de un legítimo sucesor, cual fieles esperando al Salvador que ha de venir.

La película deja ver con especial transparencia que en el apólogo artúrico la idea de unidad es un concepto tan amplio como corresponde a la complejidad de todo mito: no se restringe al aspecto político (aunque lo incluye: “una tierra, un rey”), sino a una concepción que tiene sus raíces en el panteísmo celta, pero que llega más allá de este. Pues el dragón (la isla) engloba también al monarca, vinculándose al bienestar y la salud del mismo.

Ahí es donde resulta importante el personaje de Merlín. No sólo ayuda a Arturo, quien se nos presenta noble de espíritu pero con flaquezas humanas, a superar estas. Sino que facilita esa relación del monarca con la naturaleza, cumpliendo a la perfección su papel del druida. Es además un curioso legado del paganismo que vaticina y acepta la llegada del cristianismo.

De ese irremediable vínculo con el medio venga quizá el apodo de “oso” que podría significar el término galés Artus: sería la fuerza primaria con la que la el rey legítimo surge, metafóricamente, de las entrañas de la isla. De ahí también la espada que unas veces el suelo y otras el agua le ofrecen para argumentar su poder. Arturo debe cuidar su reino como éste cuida de él, pues en el fondo, nada los separa. En el fondo,“el rey y su tierra son uno”.

Teo Fernández
 
 

miércoles, 20 de febrero de 2013

Fantasmas de Córdoba (II): Historias... ¿de película?


Existe una casa en un barrio muy antiguo de Córdoba. Una casona grande y secular, como tantas otras de esa zona. Sin embargo, tiene algo especial, pues todas las arquitecturas acogen vidas no solamente presentes. Y este lugar, del que no daremos más indicaciones por respeto a sus propietarios, esconde inquietantes historias; una de ellas propia (de hecho, muy típica) de una película.

Tanto sus habitantes como algunas visitas afirmaban haber visto a un hombre alto y rubio en distintas zonas del edificio. Pero lo más curioso es que nadie percibía en él ningún tipo de rasgo amenazador ni nada que indujese a temerle. Su presencia, a veces incluso observando comer a toda una mesa llena de invitados, parecía no solamente aséptica, sino incluso protectora.

Un buen día llegaron a manos de los dueños unas fotografías en blanco y negro de una boda que hacía décadas se había celebrado en esa casa. Para su sorpresa, en ellas aparecía este personaje. Estupefactos, investigaron de quién se trabatan y descubrieron que era el antiguo propietario del edificio, lo que a su vez, curiosamente, les produjo aún más aquella extrañasensación de paz.

Quizá porque, enamorado de la que fue su casa, simplemente la protege en las largas ausencias de los actuales amos, guiñando un ojo al tiempo y el espacio saltando fuera de la foto...

Teo Fernández

PD: Si quieres conocer otras historias sobre misterios de nuestra ciudad, no dudes en realizar nuestra ruta Leyendas y Fantasmas de Córdoba (contacto en el margen derecho del blog).


martes, 12 de febrero de 2013

Un caballo de leyenda...


Hoy, Córdoba Ecuestre realiza su último espectáculo Pasión y Duende del Caballo Andaluz en el Carnaval de Roma. Nuestra ciudad ha sido la invitada de honor este año al evento y la Piazza del Popolo se ha convertido en el escenario donde nuestros caballos han hecho las delicias de los romanos, que han recuperado su antiguo carnaval manteniendo la tradición caballar que lo caracterizaba. Valga como ejemplo de esto último que la famosa "Vía del Corso" se llama así por la corsa (carrera) que en ella se realizaa durante estos festejos.

Por ello, aunque el espectáculo de Córdoba Ecuestre ha sido lógicamente el reclamo fundamental, se han promocionado también nuestros otros productos: la Casa del Caballo Andaluz (Yeguada Ramírez) y la Yeguada Almuzara. Y más allá del (parece) inminente hermanamiento entre ambas ciudades, el hecho de la inclusión del equino cordobés resulta un guiño en toda regla a nuestra historia, pues fue aquí, en Caballerizas Reales y en dehesas bien seleccionadas donde, por deseo de Felipe II, se gestó lo que hoy conocemos por caballo andaluz o PRE (Pura Raza Española).

Desde aquí deseamos que el Carnaval Romano sirva como el definitivo espaldarazo para la adecuada valoración de este hecho histórico tanto dentro como fuera de Córdoba.

Teo Fernández
 
Imagen: Diario Córdoba