"El afán de conocer es algo inherente al ser humano"
Carlos
Márquez Moreno (Mengíbar, Jaén, 1959 -aunque gusta destacar que sus raíces se
hunden en La Carolina
y Almería-) es Catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba
y uno de los mayores conocedores de la Corduba
romana. Su más conocida aportación ha sido la diferenciación del foro imperial (llamado
“adiectum”, por ser un añadido al foro colonial).
Imagino que hubo un día en que decidiste
que tu gran pasión sería tu profesión. ¿Recuerdas cuándo fue? ¿Por qué la
arqueología? ¿Y por qué la romana?
No
fue una decisión tomada al instante ni fue una vocación desde nacimiento. Todo
surgió de estudiante de carrera, en unos Campos de Trabajo en Bilbilis
(Calatayud) con el profesor Manuel Martín Bueno. La experiencia fue
satisfactoria y a partir de entonces tuve la suerte de trabajar junto a la Profesora Pilar
León-Castro Alonso, Catedrática durante muchos años de la Universidad de
Córdoba. El tema de elección de mi Tesis doctoral sobre arquitectura romana fue
la que me marcó el desarrollo ulterior de mi investigación aunque también he
trabajado con otros temas como urbanística o escultura.
¿Cuándo y cómo empezaste a desarrollar
la arqueología profesionalmente?
Terminada
la carrera me puse a trabajar como arqueólogo profesional en diversas
intervenciones arqueológicas que me permitían continuar con mi faceta de
investigador; el dinero que sacaba de dicho trabajo me servía para pagarme
estancias en Italia y Alemania donde, además de aprender el idioma, trabajaba
con maestros de dichos países que me han ayudado mucho en el desarrollo de mi
profesión; es el caso del Prof. Henner von Hesberg, catedrático entonces de la Universidad de Colonia
o Patrizio Pensabene, Profesor de la Universidad de La Sapienza en Roma.
Has tenido la suerte de vivir “días”
(años) de grandes avances en ese sentido en nuestra ciudad: el foro (los foros),
el teatro, el anfiteatro...
Eso
es toda una suerte, indudablemente. Pero dichos descubrimientos no se hacen por
casualidad ni mucho menos; la planificación en la investigación es fundamental
y todo parte de diversos proyectos destinados a acrecentar el conocimiento de
la ciudad histórica. Cuando se iniciaron las investigaciones del Museo
Arqueológico en el año 1992 no podíamos saber que íbamos a descubrir el teatro
romano, pero sí sabíamos que alguna estructura importante de la ciudad romana
estaba allí enterrada. Respecto al Foro de la calle Morería (Foro Nuevo o Forum Adiectum) es resultado de la
catalogación integral del material arquitectónico del Museo Arqueológico. Es
decir, no se investiga con vistas a localizar yacimientos o edificios más o
menos importantes sino que se hace con las vistas puestas en conocer más de la
historia del yacimiento.
¿Ha habido algún momento especialmente
singular o simbólico, ya sea a nivel personal o general?
Ha
habido mucho tiempo dedicado a la paciente labor de investigar. Ha habido
muchos años fuera y lejos de la familia. La constancia y profesionalidad es
algo que se requiere para todas las facetas del profesor universitario. Cuando
una investigación empieza a dar sus frutos y observas en sus conclusiones que
has avanzado algo en el conocimiento de ese tema, ese momento es mágico sin
lugar a dudas; pero hasta llegar allí, el camino no siempre es fácil.
¿Cuál ha sido el hallazgo más relevante
en tu opinión?
Para
mi carrera profesional, sin lugar a dudas la definición de un complejo público
de la Córdoba
romana como es el Forum Adiectum a través de
los elementos arquitectónicos que lo adornaron. Pero como todo en este
mundo, cualquier investigador con los mismos medios hubiera hecho dicho
descubrimiento. Quede claro en cualquier caso que no son investigadores que van
de francotiradores los que realmente hacen avanzar la historia sino que son los
grupos de investigación donde se integran los que tienen todo el mérito.
Ahora miremos adelante y hablemos del
futuro del pasado: al igual que se intuía la ubicación de los edificios de
espectáculos, ¿qué sorpresas nos esperan todavía de la Córdoba romana?
Como
ciudad romana podremos avanzar más en el conocimiento de otros edificios
(nuevos templos, termas, casas, etc) Pero lo que considero de mayor interés y
urgencia es el conocimiento de los fondos del Museo Arqueológico que atesora
verdaderos tesoros; quiero decir que podremos conocer la ubicación de nuevos
edificios que componen la ciudad pero habida cuenta de las circunstancias
históricas de Córdoba, no creo que su estado de conservación sea tan bueno como
en otras ciudades; ello nos obliga a mirar y analizar y extraer conclusiones de
todo el material que encierran los almacenes y colecciones del Museo para poder
conocer las procedencias de muchas piezas o darle la función original que
tuvieron. De ese modo, sin necesidad de excavar, podremos conocer más la
historia de nuestra ciudad en su pasado, que no es otra la función del
historiador en general y del arqueólogo en particular.
Gracias a una serie de actividades
(exposiciones, etc.), los cordobeses están empezando a ser conscientes de que
su historia fue ya esplendorosa mucho antes de la llegada del Islam. ¿Qué crees
que aún falta por hacer en este sentido?
Tarea
de todos es revalorizar la historia de la ciudad en cualquiera de sus épocas;
la concienciación es tarea ardua tanto a los políticos como a los ciudadanos en
general. Quienes nos dedicamos a la docencia y la investigación en estos temas
estamos obligados a responder a las inquietudes de ciudadanos y políticos. El
gobierno está en manos de los políticos
que hemos elegido y son ellos los que deben marcar las pautas y directrices. En
este sentido, considero que nuestra disposición está más que clara y que la
gente dispone de criterios más que suficientes para poder dictaminar si quiere
primero conocer su pasado y luego rentabilizarlo. Pero no concibo que mi papel
en este tema sea el de Pepito Grillo de nadie, políticos ingluidos. Cada uno
tiene un papel y debe decidir dentro de la responsabilidad que le ha tocado.
¿En qué puede afectarnos esa
mentalización, más allá del ocio y entretenimiento?
Esa
mentalización no es más que cultura; el afán de conocer es inherente a los
humanos y en consecuencia, en una sociedad donde cada vez hay más tiempo libre,
dicho afán se convierte en una necesidad; transmitir de forma clara y
comprensible los conocimientos es primordial para cumplir de forma eficaz nuestra
función.
Sin embargo, aún están lejos de que
nuestros más antiguos restos materiales tengan una repercusión en el turismo.
¿Crees que llegará ese día? ¿En tu opinión, que nos falta para ello?
Cada
vez más esos afanes se transforman en empresas, afortunadamente; gente joven
con experiencia está montando un buen número de proyectos empresariales
caracterizados, en buena medida, por un gran conocimiento de la realidad
histórica y no menor conocimiento de las novedades tecnológicas que facilitan
la tarea de acercamiento de la historia al ciudadano.
Al margen del teatro, integrado en el
Museo Arqueológico, ¿qué resto crees que podría ser más aprovechable de cara al
turismo?
Sin
lugar a dudas, el templo de la calle de Claudio Marcelo es ejemplo paradigmático
de lo que hay y de lo que puede ser un nuevo hito en la Córdoba romana. La puesta
a punto del centro de interpretación de dicho templo puede ser un nuevo
elemento de atracción turística. Pero junto a él hay otros muchos que están,
por diversas razones en las que no podemos entrar, infravalorados.
¿Qué expectativas tienes para el
mencionado Museo Arqueológico una vez sea reformado?
Siempre
he dicho que el Museo Arqueológico de Córdoba es de los más importantes del
territorio nacional por el contenido y por su continente; tardaremos años en
verlo regresar el palacio de los Páez, pero cuando este momento llegue, estoy
convencido que se revalorizará con la ayuda del nuevo edificio construido a su
lado y que en estos momentos ejerce de sede de la exposición permanente.
Para terminar, recomiéndanos algún
pequeño resto de nuestra ciudad, “escondido” y desconocido para la mayoría, del
que los lectores de esta entrevista puedan así tener noticias e ir a verlo.
Lamentablemente,
hay restos que están en terreno privado y no puedo aquí mencionar por razones
obvias; sí que te recomiendo si no yacimientos sí rincones aderezados y
decorados con elementos clásicos que le dan un toque de distinción a las plazas
que decoran; es un buen ejemplo la plaza de Séneca o la plaza de Jerónimo Páez.
Entrevista realizada por Teo Fernández
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