jueves, 22 de mayo de 2014

El signo del mes: Géminis



Conocida también como Gemelos, tras esta constelación se esconde, probablemente, la historia más emotiva entre dos hermanos míticos, Cástor y Pólux, los llamados Dioscuros.

Leda estaba casada con Tindáreo de Esparta, pero su belleza encandiló a Zeus. Para unirse a ella, se transformó en cisne y, en esa forma, tuvo relaciones con Leda, quien, esa misma noche, también las tuvo con su marido. El fruto de esas uniones fueron dos gemelos, pero con naturalezas diferentes, pues Pólux era inmortal, como hijo de Zeus, y Cástor mortal, como hijo de Tindáreo. 

Otras versiones del mito los hacen nacer con sus hermanas, Helena y Clitemnestra. Así, Pólux formaría pareja con Helena y Cástor con Clitemnestra. Los cuatro, a su vez, nacerían de dos huevos –lo que remite a la unión de su madre con Zeus-cisne.
  
Ambos gemelos crecieron y, como escribe Eratóstenes (Catasterismos 10), “aventajaron a todos en amor fraterno, pues no se pelearon ni por mandar ni por otro motivo, sino que lo hacían todo a la vez y juntos”. Un día, luchando contra sus primos Linceo e Idas en Esparta, Cástor recibió un ataque de Idas y murió, mientras Pólux fue herido por Linceo, al que mató. Zeus fulminó a Idas y arrebató al Olimpo a Pólux, quien no quiso ir sin su hermano y suplicó a Zeus que le concediese compartir la inmortalidad con Cástor. El Olímpico, entonces, accedió y permitió que ambos estuvieran en el mismo lugar pero en días alternos, o durante medio año, según Píndaro y Homero. Así, mientras Pólux estaba en el Olimpo, Cástor lo estaba en el Hades y viceversa.

No obstante, para recompensar el amor que se profesaban entre ellos, Zeus les dio el nombre de Gemelos y los insertó entre los astros en un mismo lugar.

Eratóstenes nos describe la posición de las estrellas en Géminis de la siguiente manera:
“El que se halla sobre el Cangrejo tiene sobre la cabeza <una brillante; en cada hombro, una brillante; en el codo derecho, una; en la mano derecha, una>; en cada rodilla, una; <en cada pie: en total, nueve>. El que está a su lado tiene, sobre la cabeza, una brillante; en el hombro izquierdo, una brillante; en cada tetilla, una; en el codo izquierdo, una; en la punta de la mano, una; en la rodilla izquierda, una; en cada pie, una; bajo el pie izquierdo, una que recibe el nombre de Antepié: <en total, diez>” (traducción de José B. Torres Guerra).

Dámaris Romero
Profesora de Filología Clásica de la UCO

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