jueves, 12 de junio de 2014

Mitos y leyendas de nuestra provincia (XII): El milagro de Ntra. Señora de la Antigua (Hinojosa del Duque)




[…] En el pasado año de 1921, sucedió un hecho verdaderamente prodigioso. Un niño de poco más de dos años de edad, en una tarde del mes de abril, llevando a pastar  a su predilecto corderito, se elejó, ¿ se alejó del cortijo o casa de campo y vino a sorprenderle la noche. El corderito volvió a la [p. 256] querencia de la majada; pero, ¿y el niño dónde se había quedado…? Se presentó la noche: una noche fría y sin luna, únicamente alumbrada por el parpadeo de las estrellas; y sin más ruido, que los aullidos de las fieras y los graznidos de las aves de rapiña. ¡Pobre niño!... ¿Dónde estará…? Sus padres lo buscan desolados: lo mismo hacen con verdadero ahínco todos los colonos y vecinos de los cortijos limítrofes… Llevan luces, dan voces, llaman a gritos, pero… ¡el niño no responde…! ¿Habrá sido pasto de las fieras…? La Guardia Civil, reclamada, acude desde el puesto de Hinojosa y patrulla por los alrededores; pero ¡todo sin fruto…!

            Amanece el día; y los campos se presentan cubiertos con una blanca sábana de escarcha… ¡Pobre niño…! ¡Estará helado…!

            Mas, he aquí, que cuando el sol todo lo alumbra con sus rayos, el niño, plácidamente dormido y recostado sobre su bracito, es hallado por unos vecinos…

            -¿Has tenido frío…? ¿Tienes ganas de comer…? –le preguntan.

            -No… ¡Ha estado conmigo una muchacha…!

            En esto llega el Domingo, día señalado para ir por la Sma. Virgen.. El niño, acompañado de sus padres, acude a la Ermita para entregar a la Virgen de la Antigua el corderito ofrecido por estos en las horas de angustia; pero… ¡oh prodigio…! Al ver a la Señora, exclama:

            -¡Esa es la muchacha, que estuvo conmigo, me dio de comer y me calentaba…!

            ¡El entusiasmo y el alborozo del pueblo congregado, para oír misa, fue indescriptible…! ¡Los gritos y vivas fueron ensordecedores…!

            Verdaderamente se cumplió una vez más, ¡que ninguno de los que han acudido a su protección, implorando su asistencia, y reclamado su auxilio, haya sido abandonado…!

            El niño se llama Ambrosio Arellano Moreno, hijo de Gregorio y Petra.



RUIZ RAMOS, Fr. Juan: La ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque.
Jerez de la Frontera, 1922, pp. 255 y 256
Enviado por Luís Romero Fernández, cronista oficial de Hinojosa del Duque

Imagen: www.diocesisdecordoba.com

1 comentario:

  1. Bonita historia la de mi pueblo...muchas gracias por recordarla. Un saludo

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