Es
famosa en Córdoba la leyenda de los siete Infantes de Lara, que los
relaciona con la Calleja de los Arquillos, afluente de la Calle Cabezas.
Hace
algunos meses, la casa adyacente abrió al público como hermoso ejemplo
de mansión solariega bajo el nombre de Casa de las Cabezas, y ya
entonces mostramos en exclusiva un vídeo contando los siete arcos de la
mencionada calleja y unas imágenes del sótano del edificio; también de lo que, en palabras del
actual propietario, es un depósito de agua romano (una cisterna o un impluvium) que se encuentra bajo el mismo.
Hoy nos contaba un operario que realizó diversos trabajos en el
edificio en torno al año 1980 que los primeros vestigios de ese depósito aparecieron porque el anterior
dueño se decidió a buscar un tesoro. Un tesoro que, según él (según el dueño), habrían
dejado enterrados en el subsuelo de la casa los judíos que allí habrían
vivido siglos antes, como indican tantas tradiciones sobre su
expulsión.
Por
ello, ordenó a las mismas personas que habían trabajado antes para él despejando techumbres y paredes (entre ellos, quien es la
fuente de esta información) que excavasen en el sótano, obteniendo finalmente como
principal resultado el hallazgo de dichos restos. Unos restos que bien podríamos considerar un tesoro.
Demostrando así que hay muchas formas de que las leyendas (incluso las que no son las más directamente relacionadas con un lugar concreto) nos devuelvan nuestra Historia...
Teo Fernández Vélez
Érase una vez Córdoba
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