En las últimas semanas, varias personas me han preguntado por
qué hago viajes tan aparentemente relajados a Granada y paseo tranquilamente
por ella, si en teoría son escapadas de trabajo para preparar Érase una vezGranada.
La respuesta es que esos paseos, desayunos a solas leyendo la
prensa local (importante: prensa en papel), almuerzos con viejos amigos, e
incluso salidas nocturnas, son la fórmula perfecta para retomar el pulso a la
ciudad y sus habitantes, volver a captar su esencia, reencontrarme con su alma.
A conocerla como la conocí durante los nueve años que viví allí.
¿Por qué? Porque esa esencia es lo que vamos a vender.
Por eso nuestra ya clásica ruta nocturna Leyendas de Córdoba
apenas tiene que ver con su equivalente granadina, que estrenaremos en pocos
días. Porque se trata de ciudades con una historia muy diferente y nuestras
actividades ofrecen aquello que de único tiene el legado de cada ciudad, el
espíritu de la misma, que se ha filtrado por el tiempo a través de sus viejos
relatos y tradiciones populares.
Para los más prosaicos, lo enunciaré de otro modo: no deja de
ser un peculiar estudio buscando lo que el producto puede tener de
único.
Entiendo, eso sí, que en el mundo turístico y cultural de
Córdoba esta actitud sorprenda mucho, pues en la ciudad califal somos expertos
en hacer lo contrario: solemos copiar lo que se hace en todas partes, pensando
que así venderemos más porque estaremos a la moda o a satisfaremos mejor las
demandas del momento.
Sin embargo, ese cómodo, previsible y poco creativo tiro
suele salir por la culata. Porque iguala a Córdoba a la baja con las demás
ciudades, en lugar de buscar todo eso que tenemos de exclusivo e inimitable,
que, considerando nuestra historia y cultura, es, sencillamente, de
proporciones infinitas.
Y termino con otro apunte para los pragmáticos:
concretamente, con la prueba de que esa búsqueda de la esencia tiene grandes
resultados: nuestra mencionada ruta nocturna Leyendas de Córdoba (de Érase una vezCórdoba) surgió hace casi tres años, siendo la pionera de las actividades de
este tipo en la ciudad. Y ha visto como, tras ella, surgían otros diez (sí,
diez) tours nocturnos de temética
similar.
Bueno, al menos, con esa legión de fans-imitadores hemos
descubierto que en Córdoba sabemos hacer otras cosas además de copiar lo de
fuera: también sabemos copiar lo de aquí.
Jaja...
Bienvenidos a Érase una vez Granada.
Teo Fernández Vélez
Gerente de Érase una vez Córdoba y Érase una vez Granada
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