La astronomía se ha convertido últimamente en un motivo de disfrute y conocimiento cada vez más presente en medios de comunicación no especializados y en ofertas culturales y de ocio. Este incremento de la curiosidad o el interés por los temas astronómicos tiene una causa que deriva de un hecho tan evidente y negativo como que una gran parte de la población vive en áreas donde el fascinante espectáculo del cielo real en una noche oscura es secuestrado por las luces y la contaminación que tan exageradamente cubren las zonas urbanas. El redescubrimiento (o simplemente descubrimiento) de las estrellas se convierte en una novedosa experiencia, como por otra parte lo puede ser en general el llamado turismo rural, con su pretendida vuelta a disfrutar de entornos más naturales en muchos aspectos.
También ayudan en la popularización de la astronomía los últimos medios tecnológicos que nos permiten observar, conocer, recibir y ofrecer la información con un potencial inimaginable hace solo unos años, tanto para actividades de aficionados como de profesionales.
Y por supuesto el incremento espectacular del conocimiento científico sobre este y otros temas, que nos lleva a que la divulgación de la astronomía sea una importante herramienta en la muy necesaria lucha contra el analfabetismo científico, que paradójicamente tanto abunda en una sociedad tan tecnológica como la nuestra.
Agosto es el mes más popular astronómicamente.
La primera razón es más que evidente, ponerse bajo el cielo con nuestro cuerpo expuesto a los elementos meteorológicos es una agradable experiencia en una noche de verano, pero no es exactamente lo mismo en una de esas limpias y frías noches de invierno. Por otra parte las vacaciones de verano con sus huidas de las grandes ciudades, hacen que más personas puedan tener más tiempo y mejores condiciones para observar el cielo.
Y en los medios de comunicación nunca faltan ya las noticias sobre las famosas perseidas y las numerosas convocatorias que invitan a observarlas en el lugar adecuado y con la compañía de amigos, o bajo la guía de más o menos expertos que nos ilustran sobre esta experiencia.
La lluvia de estrellas de las perseidas o lágrimas de San Lorenzo son por supuesto el tema principal de este mes.
Continuamente hay materia en el espacio que choca contra la atmósfera y produce estos vistosos destellos, pero hay algunas zonas donde es más abundante por haber sido dejada por el paso de cometas que van descongelándose y deshaciéndose poco a poco cuando se acercan al Sol. Cuando la Tierra, en su órbita pasa por esas zonas esos choques pueden ser tan abundantes que los llamamos “lluvias de estrellas”, y ocurren lógicamente en la misma época cada año. Algunas son tan débiles como de cinco por hora, otras llegan a centenares y se recargan por sucesivos pasos del cometa.
El cometa responsable de las perseidas es el Swift-Tuttle. El tamaño de las partículas que chocan con la atmósfera suele ser menor que granos de arena de playa. A unos cien kilómetros de altura producen esos bellos destellos alargados por la velocidad del choque, que se produce a varias decenas de Kilómetros por segundo. Algunos trozos más grandes pueden producir espectáculos mayores, dejando rastros visibles durante minutos, rompiéndose en varios trozos, incluso produciendo grandes ruidos. Los trozos que caen al suelo son lo que llamamos meteoritos.
Aunque durante semanas podemos ver algunas perseidas, el máximo este año está previsto para el anochecer del día 12, por lo que la noche del 12 al 13 podrá ser la mejor para observar la mayor cantidad posible. Tendidos en el suelo sin instrumentos ópticos, intentando abarcar con la vista el mayor espacio de cielo es posible ver una o más por minuto. Y no hay que esperar a la madrugada, desde el anochecer podemos observar.
Como cometas y otros fenómenos astronómicos estas lluvias han tenido la consideración de señales de malos augurios. Actualmente, ya desvelado el misterio con el conocimiento real de lo que son, podemos conservar una literaria costumbre, lleven ustedes los bolsillos llenos de deseos para esa noche, pero sean responsables con lo que piden, porque los deseos, a veces, se cumplen.
Y si os quedáis con ganas de más astronomía, os animamos a acompañarnos en la II edición de Córdoba bajo las estrellas (información en el artículo anterior o haciendo click aquí).
Fantastica noche "pateando" Cordoba y conociendo parte de su historia, gracias Teo, repetiremos seguro y arrastraremos a algún qué otro cordobes...
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