miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los mitos y el cine (III): Ahora me ves...



 

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La información que tenemos sobre la existencia en la actualidad de un grupo o sociedad secreta llamada “El Ojo de Horus”, como se plantea en la película Ahora me ves, resulta prácticamente nula. Sin embargo, sí que sabemos de un grupo real con ese nombre (el que se menciona en el film como origen del actual) en la época del Antiguo Egipto.

Fueron las investigaciones del egiptólogo y matemático R. A. Schawaller de Lubicz las que dieron como resultado el descubrimiento de una cerrada organización sacerdotal llamada “La Escuela de misterios del Ojo de Horus”. El objetivo de dicha escuela era la de elevar el nivel de consciencia de su pueblo construyendo una serie de templos a lo largo del Nilo. Estos fueron utilizados a lo largo de los años como “libros vivos” que hacían conocedores del funcionamiento del universo a las generaciones venideras. 

Sus sacerdotes estructuraron una sociedad que se basaba en dos conceptos fundamentales: La Reencarnación cómo método divino para que el espíritu del hombre evolucionase al adquirir información del Universo y la Iluminación como paso final del anterior proceso.

Quizás sea este traspaso de conocimiento secreto que era el elemento fundamental para la existencia de esta sociedad, el que ha llevado al autor del guión a usar este grupo como vehículo principal del argumento de la película. El asunto del Ojo de Horus siempre se ha visto envuelto en un halo de magia y misterio, puesto que cuenta el texto que narra la disputa entre Horus y su tío Seth por conseguir la herencia de Osiris, que este último le arrancó los ojos a su sobrino. Hay diferentes versiones sobre quién restituye los globos oculares de Horus. Pero sea Hathor o Thot, ambas versiones conllevan el uso de la magia para dicho efecto.  Ya en el Antiguo Egipto, el Ojo de Horus fue usado como elemento apotropaico y mágico, lo que hace que sea aún más adecuado para dicho argumento.

La película trata el tema de la magia, pero no la magia como se entendía en la Antigüedad, la cual era más un elemento de sanación, protección, o incluso se podía utilizar como un elemento para producir el mal. En este caso, hablamos de la magia “moderna”, aquella que trata de engañar al ojo humano por medio de lo que llamamos trucos. Puede también tener algún tipo de explicación y relación con el símbolo de este ojo, puesto que el animal que representa a este dios es el halcón y debemos saber que el cerebro de este animal es retiniano, es decir, que tiene los órganos cerebrales más desarrollados. Esto nos lleva a buscar en  Horus el simbolismo del ojo y su relación con la consciencia visual, aquella que se  engaña con los llamados “trucos de magia”.

A lo largo de la película vemos como se tratan además conexiones entre la magia común y corriente de espectáculos con versiones ocultistas como la mitología egipcia, con las cartas del  Tarot y el vudú.

Azahara Serrano
Historiadora especialista en mitología de Oriente Medio.

1 comentario:

  1. Un artículo muy bien documentado. Egipto, origen y cuna de las religiones mágicas y monoteistas.

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