El casco urbano de Bujalance, en el corazón de la campiña cordobesa, atesora un impresionante conjunto de arquitectura religiosa, erigido
entre los siglos XVI y XVIII, y auspiciada por el obispado de Córdoba,
la poderosa oligarquía local y por las órdenes de Franciscanos y
Carmelitas. Este legado patrimonial ya impresiona al visitante por sus
valores arquitectónicos y artísticos, a los que se une la singularidad
de la torre inclinada del templo de la Asunción, conocida como la Pisa de Andalucía.
No obstante, aún hay un atractivo mucho más sutil y fascinante, que ha
permanecido velado durante siglos, y que ahora, tras descifrar sus
claves astronómicas y matemáticas, sale a la luz con “La Arquitectura del Sol”.
En la ruta guiada “La Arquitectura del Sol” se
invita al visitante a acercarse a la mirada de la enigmática escuela de
pensamiento que inspiró la singular arquitectura religiosa de
Bujalance. Descubrirá que hubo un tiempo en el que el mundo,
imperfecto y mutable, estaba hecho de cuatro elementos: tierra, agua,
aire y fuego; y el cielo, perfecto y eterno, de éter o quintaesencia.
La Tierra estaba rodeada por ocho esferas concéntricas, que albergaban
al Sol, la Luna, los planetas, y las estrellas fijas, mientras que en
la novena esfera comenzaba el reino de los cielos: la casa de Dios y de
los Santos, el lugar al que anhela retornar el alma.
Las naves de las
iglesias se orientan aquí, como flechas, apuntando con una precisión de
décima de grado al lugar exacto del horizonte local por donde sale o se
pone el Sol en el día de la onomástica del Santo titular, produciendo en
esas fechas bellísimos “milagros de la luz”. En la planta y el alzado de los templos se usa la Divina Proporción de Pacioli, el número de Dios asociado a la quintaesencia, la sustancia sutil que todo lo penetra y que engendra a los cuatro elementos del mundo sensible, la misma quintaesencia
capaz de transmutar los metales, o de sublimar el alma. Así, el Templo
de la Asunción, orientado al orto solar en su onomástica, es una morada
filosofal, un lugar de bendición, donde la oración y la mediación de
la Santísima Virgen obrarían el milagro de acercar el alma a Dios.
El visitante descubrirá así una singular manifestación de
religiosidad cristiana rodeada de algunos elementos del mundo clásico,
que constituye una auténtica rareza en todo el territorio nacional, y
nunca antes descrita en este contexto geográfico e histórico, y que en
Bujalance nos ha dejado estos poemas de luz y piedra, que hacen de
este pueblo un lugar para el misticismo religioso e intelectual.
J.M. Abril
Bujalanceño Catedrático de Universidad en el área
de Física Aplicada de la Universidad de Sevilla
Para más información sobre este tema os animamos a visitar el interesantísimo blog del autor del artículo: www.cuadernosdebujalance.blogspot.com